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Textos y fotografías de una realidad donde nada es lo que parece
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La resistencia ludita —Roberto Augusto—

 




La resistencia ludita

Roberto Augusto

Editorial: Letra Minúscula

De venta en Amazon

Web Roberto Augusto

Web Letra Minúscula

 

 

 

La resistencia ludita es una novela que explora un futuro cercano. La inteligencia artificial avanza sin freno y el mundo se encuentra frente a una realidad para la que no está preparada, y lo peor, a un ritmo tan acelerado que no deja tiempo para reaccionar.

La lectura de esta novela lleva a una reflexión inquietante: ¿está preparada la humanidad para la revolución tecnológica que se avecina? ¿Compensa realmente llevar la tecnología hasta sus últimas consecuencias?

El autor nos recuerda que, a lo largo de la historia, cada avance significativo de la humanidad ha generado una reacción contraria por parte de la sociedad. Por miedo, por inseguridad, por temor a ver peligrar su modo de vida… Siempre ha sido necesario un tiempo de adaptación antes de aceptar el cambio.

Pero el problema con la IA es doble: por un lado, el ritmo al que avanza la tecnología no deja espacio para adaptación alguna; y por otro, los empleos perdidos no son reemplazados.

Estamos en los albores de todos estos acontecimientos, por eso el tema de la novela no puede ser de más importancia e incluso de actualidad.


Personalmente, la novela me ha entretenido, me ha interesado y me ha hecho reflexionar. Al comienzo
del capítulo 1, es cierto que me temí lo peor, pensé que iba a ser una historia violenta, dura, y es que arranca con una escena de mucha intensidad. Pero el tono se suaviza y a lo largo de los capítulos siguientes, la descripción del conflicto, que comenzó de manera agresiva, se vuelve más teórica, más centrada en los planteamientos de los dos bandos.

La polarización entre las distintas posturas ante la IA es clara creando una grieta que parece insalvable. En esta recreación transcurre la novela.

 

Se nota que detrás de esta obra ha habido un estudio previo exhaustivo. Técnicamente no tiene ni un solo pero. Se ve el dominio que el autor tiene sobre cómo crear una novela y cómo presentarla al lector. Se ha estudiado hasta lo más mínimo. Y como lector, se agradece.

La narrativa es sencilla, ágil, con una prosa pulida, sin palabras redundantes, ni frases superlargas. El estilo se ve cuidadosamente trabajado frase a frase, cada palabra se ve elegida con esmero.  Los capítulos están claramente definidos terminando unos en cliffhanger, otros contundentes con una cadencia perfecta.

También que haya los personajes justos, con nombres fáciles de recordar para no tener que hacer un croquis paralelo a la lectura, que los sucesos sean correlativos cronológicamente, que no se hagan referencias a temas que se tengan que buscar en Google para saber a qué hacen referencia… personalmente y una vez más como lectora, lo agradezco, al igual que agradezco que la letra de maquetación en el formato físico sea grande y clara sobre hojas color crema.

Todo hace que la lectura sea sumamente fluida, amén de interesante.

 

Pero centrémonos nuevamente en la novela. A medida que avanza, la filosofía se hace cada vez más patente, y nos obliga a pensar y a razonar junto a los personajes: ¿puede la tecnología sustituir al hombre?

El autor nos muestra los beneficios que acompaña a la IA:  La asistencia médica, los robots policías, asistentes en casa… pero también los aspectos negativos: los despidos, las desigualdades sociales, los riesgos a fallos críticos… Estos argumentos son los que marcan la diferencia entre los personajes; unos mantienen clara sus posturas, otros no dejan de plantearse dudas, posturas firmes o dubitativas que se contagian al lector, invitándolo a reflexionar sobre sus propias certezas y dudas al respecto.


Roberto Augusto es el autor de este libro y de muchos otros. Él mismo ha confesado que ha publicado
obras de géneros muy distintos, a menudo bajo seudónimo, lo que deja ver que es un escritor, y según reconoce, también un lector apasionado, al que le gusta explorar las distintas formas de expresión.

Al margen de sus publicaciones, es fundador de una empresa editorial, Letra Minúscula, con fuerte presencia en plataformas digitales y que cuenta, repartidos en las distintas redes, con más de cien mil seguidores, la mayoría de ellos aspirantes a escritores.

Letra Minúscula ofrece una amplia variedad de recursos para publicar un libro, especialmente orientados al autopublicado. Títulos como El arte de la edición o Escritores y redes sociales, forman parte de una extensa colección dedicada a la ayuda a los escritores, todos disponibles en Amazon, alguno gratis al suscribirse a su lista de correo, o durante ofertas especiales que realiza de manera recurrente. En su canal de Youtube hay talleres sobre maquetación para Amazon kdp o un curso gratuito sobre marketing.

 

Los directos que realiza los miércoles merecen especial reconocimiento. A partir de las 19h, en directo, responde durante más de hora y media a las preguntas sobre publicación que le hacen llegar escritores noveles, ya sea por Instagram,  Youtube,  Facebook… o correo electrónico.  Un esfuerzo que demuestra su compromiso con quienes están dando sus primeros pasos como escritores.

 

 

Pero lo mejor es hablar con él…

Antes que nada, agradecerte que hayas encontrado un momento para esta charla, sé que tu tiempo es especialmente justo. Comencemos por tu novela…

 

—La inteligencia artificial está muy presente en la literatura actual. ¿Qué dirías que hace especial tu novela entre tantas historias que ya abordan este tema?  

—Mi novela plantea un escenario posible a corto plazo. Nos sirve para anticipar y reflexionar sobre lo que ya está pasando y sobre lo que está por venir. En contra de lo que algunos puedan pensar, no se trata de una distopía, sino de un escenario probable, de una anticipación del futuro. Además, en ella se plantea de manera central el papel del Estado en el proceso de automatización acelerado que estamos viviendo, algo que no se aborda en muchas novelas del género. Es un texto que analiza el impacto de estas tecnologías en la sociedad y que plantea debates filosóficos y políticos que van a ser centrales en los próximos años.


 

—Tu libro La resistencia ludita, podría decirse que, en cierta medida, abarca géneros como la ciencia ficción, ensayo filosófico, romanticismo... ¿Qué tipo de lector crees que disfrutará más con tu obra?

—No me interesa escribir literatura de evasión ni fantástica. Para mí la novela es solo un instrumento para reflexionar sobre la realidad. Definiría esta novela como ciencia ficción política-filosófica centrada en el impacto social de la tecnología. Disfrutarán los lectores a los que les guste la literatura profunda, de ideas, a aquellos que quieran comprender el mundo futuro que nos espera.

 

—¿Qué reflexión esperas que el lector se lleve después de leer tu novela?

—Todo ha cambiado. La IA no es una herramienta, sino un cambio de era. La sociedad que conocíamos está muerta, aunque la mayoría no se ha dado cuenta. El paso de la realidad actual a un mundo 100 % automatizado va a ser traumático. Preveo una fuerte controversia social futura entre los que deseen avanzar con estas tecnologías y entre la mayoría de la sociedad, que puede llegar a temerlas y odiarlas (por eso hablo de una resistencia ludita, es decir, del rechazo hacia estas tecnologías). Me parece probable un escenario donde la IA, al menos en Europa, sea restringida en su uso, incluso prohibida. Creo que no se está prestando la suficiente atención al papel que el Estado va a tener en este proceso. Cuando millones de personas se queden sin trabajo van a buscar al político para que les solucione su problema. Las IA no votan, los humanos, sí.

 

Si pudieras conversar con uno de los personajes de tu novela ¿a quién elegirías y qué le preguntarías?

No siento ninguna simpatía por mis personajes. El protagonista de la novela, Enzo Pujol, es un ingenuo que es manipulado por los políticos y que se ve desbordado por la situación. El sistema lo utiliza a su antojo y se niega a aceptar que se ha convertido en parte del aparato de un Estado liberticida. Si pudiera conversar con algún personaje sería con Elisa, la mujer robot.


—Sobre la inteligencia artificial ¿crees realmente que la literatura puede influir tanto en la política como en la opinión pública?

—Es una herramienta más para generar un debate social y hacer que las personas se cuestionen el mundo en el que viven y en el que vamos a vivir. Creo que en este momento histórico es clave que los humanos nos planteemos el futuro que deseamos tener y las obras literarias que planteen ese debate son necesarias.


—¿Cómo ves la relación futura entre escritores humanos y la IA?

—Hay reacciones muy opuestas sobre este asunto. Muchos escritores, creo que la mayoría, aborrece estas tecnologías, las ven como una amenaza a su trabajo, y quizás tengan razón al pensar esto. ¿Qué pasaría si Kindle, por ejemplo, tuviera una IA incorporada que genera novelas al gusto de cada persona? ¿Y si las editoriales deciden que ya no vale la pena pagar el 10 % a un autor porque ellos pueden crear los libros que quieran con IA? Y esto no solo afecta a los escritores, sino a todos los creadores de contenido. ¿Qué sentido tiene publicar un vídeo cada día en YouTube cuando se puede crear un avatar digital totalmente indistinguible de una persona que haga vídeos virales las 24 horas del día, todos los días del año? Me aterra un mundo donde todo el contenido sea sintético, generado por IA. Por otro lado, muchos escritores están usando la IA, sobre todo Chat GPT, para planificar y corregir sus libros, como un asistente de escritura que les puede hacer mejores autores, más creativos y eficientes en su trabajo.



—La escritura es un camino en constante evolución para quien la practica. En tu caso ¿qué haces para seguir creciendo como escritor?

—Cada día intento innovar y aprender algo nuevo. Nunca había publicado una novela de ciencia ficción, a pesar de un ser un fanático del género desde siempre. Me formo constantemente y trabajo duro para ser un poco mejor cada día.


—Sabemos que un escritor carga con la responsabilidad hacia sus lectores, pero ¿cómo llevas esa carga cuando también eres referente y guía para otros escritores?

—Tengo los lectores más exigentes que existen: otros escritores. Son personas formadas, que han leído y que escriben. Sé que a mí no se me va a perdonar ni el más mínimo error. La presión es tremenda porque muchas personas están observando todo lo que hago, cada paso que doy con el libro. ¿Qué pasaría si en uno de mis libros hubiera una única falta de ortografía, una pequeña errata? Errores que en otros se pasarían por alto, a mí no me los perdonarían. Por lo tanto, no me puedo permitir fallar porque no está en juego solo mi prestigio como autor, sino el de Editorial Letra Minúscula, y tengo una gran responsabilidad con los autores que han confiado en nosotros y con mis empleados.


—Como escritor que además ayuda a otros autores a través de sus consejos y empresa, parece que no temes a la competencia. ¿Cómo manejas esa confianza en un entorno tan competitivo?

—Para mí no existe la competencia. No compito con otros, sino conmigo mismo, con mi capacidad de trabajo, de innovar y mejorar cada día. Me enfoco en aportar el mayor valor posible a mi comunidad, en ofrecer a los autores que confían en nosotros un servicio de extraordinaria calidad al mejor precio. Me centro en los autores, no en lo que hagan los demás.


—Somos conscientes, quienes escribimos, que es imprescindible publicitar nuestros libros en redes, crear comunidad como autor... Sin embargo, el mayor reto es la distribución del tiempo. ¿Cómo repartirías ese tiempo entre escribir, leer y dedicarte a las redes para promocionarte?

—Voy a decir algo que no es popular entre los escritores: tu libro es un producto. Tú eres un emprendedor que quiere vender algo a tus clientes, que son los lectores. No puedes pretender que tu obra se venda de forma mágica, sobre todo si te has autoeditado y no cuentas con el respaldo del complejo industrial editorial y mediático tradicional. Por lo tanto, debes dedicar todo el tiempo que puedas al marketing si deseas que tu libro llegue a ser conocido.

 

—Es evidente que dedicas mucho tiempo y esfuerzo a otros escritores, dejando menos espacio para tu propia escritura, descanso y vida personal. Aunque esto forma parte del crecimiento de tu empresa, lo cierto es que no todas lo hacen, no es imprescindible. ¿Has sentido alguna vez que toda esa energía no se ha visto compensada?

—Sí se ha visto compensada. Sin nuestro canal de YouTube Editorial Letra Minúscula no existiría. Tal como concibo esta empresa la creación de contenido para nuestra comunidad es imprescindible. Eso me permite llegar a muchas personas sin depender en exclusiva de la publicidad de pago.


—Pensando en quienes desean llegar a ser escritores, dinos un único consejo que les darías.

—Aprende marketing.


—Algo que añadir...

—No odies la IA, intenta comprenderla. Pregúntate cómo puedes incorporarla a tu vida para ser más productivo.

 

 

Gracias Roberto Augusto por venir a este blog, por compartir este espacio amigo en el que coincidimos día tras día quienes amamos leer y escribir. Tu presencia ha sido todo un lujo.

 

Roberto Augusto,  sinónimo de: generosidad y profesionalidad.  

 


 ©Manuela_ferca

 

 

 

10 comentarios:

  1. Hola Manuela, me ha gustado mucho como has confeccionado este artículo.
    Muy interesante además el contenido.
    Ya te sigo.
    Un saludo.

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  2. No sabia sobre el tema, leerte y lo bien que lo expones es estupendo. Abrazos

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  3. La primera vez que escuché esa palabra, ludita, se refería al unabomber, el autor de una serie de bombas que mataron a varias personas y cuyo manifiesto era una paranoia, pero ya avisaba de los problemas a los que nos llevaba la tecnología. La tecnología debería habernos hecho más felices, habernos liberado de ciertos trabajo, para dedicar esas preciadas horas al ocio.. y no ha sido así, las máquinas han logrado que nosotros trabajemos más rápido para ellas...

    Lo que ofrecen las IA nos halagüeño porque son herramientas maravillosas que, como siempre, usaremos mal.

    MUy interesante el tema y la entrevista. Gracias

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  4. Parecen buenos libros. Te mando un beso.

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  5. Interesante reseña, Manuela, así como la entrevista al autor.
    Muchos besos y buena semanita :)

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  6. Excelente reseña, así como la entrevista al autor. Aún no he terminado de leer el libro, hasta el momento me ha parecido genial. El tema muy ajustado al momento que vivimos e incluso adelantándose a un futuro a corto y plazo. Extraordinario abordaje, nos invita a reflexionar pues el mundo está entrando en una nueva era. Una vez concluya mi lectura haré mi reseña. Por el momento magnífica presentación, impecable ortografía, lenguaje fluido y sin rebusques.
    Felicidades,!!

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  7. Hola, manuela. Lo primero es felicitarte por tan excelente entrada e interesante entrevista.
    Después, agradecerte la recomendación que nos haces sobre esta novela, y que ha despertado mi interés, ya que coincido con tu crítica de la misma, en que con la IA nos está llegando todo demasiado rápido, y sin tiempo para digerir lo que vamos conociendo en el día a día. También coincido en los importante que puedan ser estos avances en ciertos sectores; pero, lo que más me preocupa son las consecuencias que también han de llegar con la IA, como paro, terrorismo, y en ciertas Artes como está sucediendo en el mundo de la fotografía, que se está pasando de un día a otro, de las imágenes artísticas y personales a pedirle a la IA lo que necesitas...y punto.
    Un fuerte abrazo, amiga.

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  8. Querida Manuela. Me ha encantado la profundidad con la que has abordado esta reseña y entrevista. Se nota tu pasión no solo por la lectura, sino también por invitar al diálogo desde un lugar de conocimiento y sensibilidad. Este libro, como lo presentas, no solo plantea preguntas importantes sobre el rumbo de la tecnología, sino que también abre puertas a una reflexión necesaria. Gracias por ofrecernos siempre contenido tan cuidado y estimulante.
    Un abrazo grande.

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  9. Excelente reseña y entrevista sobre la IA Manuela. Te conocí gracias a tu entrevistado R.A. que lo sigo por sus contenidos tan profundos... Un privilegio aprender de dos profesionales tan generosos. ¡¡GRACIAS TOTALES por todo lo que nos aportan!!

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